viernes, 3 de diciembre de 2010

Si quieres una noche feliz, emborráchate.

Semana repletita esta última, que se iniciaba con un examen de anatomía. Mientras la chantadina y Sandralín esperan su aprobado, yo doy por hecho otro catastrófico resultado, fruto de empezar a estudiar bien entrada la misma madrugada, pero que al menos me dejó un nuevo descubrimiento, el redbull de mercadona, el mejor sin duda alguna, probadlo.

Así que había que celebrar o ahogar las penas con unas cañas, y qué mejor manera que viendo el Barça - Madrid, sí, ese partido que acabó 5-0, que sí, ese en el que el Barça se folló a un tal Real Madrid, ¡sí! ese en el que un pivón para callar bocas enseñó una manita. Esto nos dejó las primeras anécdotas de la semana, además de un primer contacto con esa sensación de afectación etílica. Y fue un facha el que mostró su falta de neuronas dedicando graves insultos contra los jugadores del Barça como “¡Valdés, catalán!” (a mi me llaman madrileña y ruedan cabezas ¡vamos!) y que intentó vacilarnos no dejándonos ver la televisión que teníamos en frente, para que nos retorciéramos a ver la que teníamos detrás, pero obviamente, entre las contestaciones bordes de Sandralín y nuestras risas en su cara, nos resbalaron mucho sus intenciones, y más que nos reíamos según iban cayendo los goles. Daba gusto ver como los madridistas tapaban sus camisetas que habían enseñado con orgullo cuando entraban en el bar. La noche acabó con una visita al Burger King y una demostración de nuestro arte jugando a las palas que traía el diverking.

El día siguiente empezó con Sandralín trayendo la Navidad a nuestro hogar. Aprovechamos un cono robado en uno de los tantos jueves anteriores, para pintarlo de verde y convertirlo en nuestro árbol de navidad. Además se pueden encontrar varios regalos a sus pies, Piñi se decanta por el Wi-fi, pero yo prefiero la caja de Estrellitas.

Y entonces llegó la noche en la que nos dejamos las gargantas jugando al Ultrastar. Yo debería estar estudiando en ese momento, pero un pequeño imprevisto que contaré más adelante, me hizo unirme a la fiesta de notas desafinadas. Fueron muchas las canciones que aguantaron nuestro vecinos, pero sin lugar a duda nos lucimos con “Nanananana cut awaaaay”, villancicos varios, Píntame, nos follamos Un beso y un flor y destrozamos los oídos de Piñi con El hombre del piano. Tan animada estaba la noche que Sandralín reclamaba unos chupitos, pero la convencimos para esperar al día siguiente. ¿Y cuál fue mi imprevisto? Digamos que pensar en un momento dado que noviembre tenía 31 días, me llevo a querer estudiar un examen que ya había sido la mañana anterior.

Y llegó otro jueves más, e iniciamos nuestro vicio al juego de "La oca borracha" que Piñi y Sandralín habían fabricado con mucho acierto. Entre bailes de La Macarena, marcianitos y muchos tragos, se escucharon frases como “Pigimon digievoluciona en latinlovergreimon”, “Beben los que tienen novio, si es que las desgracias nunca vienen solas”, se acuñaron nuevos términos como "Chantada macho" y se entonaron villancicos del estilo “En el portal de Belén, Piñi se saca la chorba, y María y San José se asustan de la anaconda.” Y todo esto antes de salir de casa, porque después se vieron muchas fichas con mayor y menor éxito, los temazos de jueves tras jueves y muchos golpes que esta mañana se hacían notar en forma de chichón.

2 comentarios:

  1. AJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJA TREMEEEEEEEEEEEEEEEEENDA eNTRADA MERCHEEEEEEEEEEEEEE..... aajajajajajajjajajajajajajjajajajaajajjajajajjaajja

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  2. confirmado, Sandralín ayer se pilló otra buena! jajajajajajajajaja
    me alegro de que sea de tu agradoo una semana completa esta xD

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